Lo cierto es que con la bota sucede como con el resto de equipamiento: cuanto más protegido, mejor.
Es preferible que sobre a que falte, y en este sentido encontramos botas con elementos de protección que suelen ser vitales en caso de impacto, como puede ser la puntera, que se refuerza igual que el talón con elementos rígidos que blindan estas zonas tan expuestas en golpes.
Algo parecido, pero por el exterior, lo encontramos en la zona externa de la puntera, donde un roce con el asfalto casi, casi resulta inevitable, sobre todo si colocamos los pies de forma incorrecta en los estribos de la moto.
Las zonas elásticas aportan confort tanto circulando como cuando caminamos como un peatón más con nuestras botas de moto.
Las encontraremos en la unión de la pierna con el pie, justo en el juego, así como a la misma altura en la parte posterior de la caña, en el lugar donde deberemos ver algún elemento reflectante y una correcta unión de acabado limpio entre la propia bota y la suela, cuya superficie deberá ser antideslizante.
Importante: el material más usado para la fabricación del calzado es el cuero y este material necesita los cuidados tradicionales con crema que lo nutra y limpie. No lo olvidéis, así evitaremos grietas y el deterioro prematuro.
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